J.Martínez Amo

domingo, 16 de octubre de 2011

La realidad de las energías limpias



El mundo occidental lleva muchos años llenándose la boca con el tema de las energías renovables, pero por alguna razón su desarrollo e implantación avanza a paso de tortuga. Muchas veces se habla de un problema de rentabilidad (que lo hay) pero es superado con creces por el valor estratégico de no depender de energías fósiles, la contaminación, la inseguridad nuclear, etc.

Además el problema de rentabilidad es fácilmente salvable con el desarrollo tecnológico. Si realmente se apostara ciegamente por las energías renovables, ya estaríamos alcanzando niveles de rentabilidad muy aceptables y sin embargo la cosa va despacio. ¿quién está echado el freno?

Son muchos los intereses cruzados, pero hay dos lobbies que están claramente desfavoreciendo este avance. El primero y más obvio es la industria petrolera y sus allegados. Es muchísimo más rentable a corto y medio plazo si el petróleo escasea y su precio se dispara. Los explotadores e inversores se frotan las manos ante la perspectiva de una revalorización de el producto que manejan. Ya hemos visto varias guerras para situarse estratégicamente en torno al control del petróleo, para poder mover los hilos cuando sea necesario y asegurar el suministro de los países (habitualmente EEUU). Si por culpa de las energías renovables, el petróleo durara 200 años en vez de 50 y su precio bajara, no les iría demasiado bien.

El otro lobby que perjudica este desarrollo es irónicamente el de la energía. Parece una estupidez, porque precisamente estas empresas pueden ser las grandes beneficiadas de este tipo de energía. Sin embargo hay un par de "buenas" razones para relentizarlo todo.
La primera es que el tiempo juega a su favor. Cuanto más aguanten sin lanzarse a la piscina, mejor tecnología, mayor rendimiento energético y por tanto con la misma inversión económica conseguirían muchos más gigawatios que suministrar. De paso hacen poco rentables las investigaciones, de modo que son estas empresas las que las financian directamente para conseguir patentes, que luego usarán para sacar mayor tajada.
La segunda razón es más siniestra. Es el temor a la democratización de la energía. Las renovables van a permitir que cualquiera entre en el juego de la instalación y explotación de la energía, escapando en buena parte de su poder. Con la famosa "ley de economía sostenible" se pretendía hacer una serie de artículos que permitieran a cualquier particular instalar energía solar en su casa. El lobby lo tiró para atrás a base de presiones, ya que pretenden esperar unos años, montar sus empresas de instalación y ser ellos quien manejen el cotarro de la generación y no solo la distribución. Ah! y de paso fijar los precios como les venga bien.

Esto es un atentado contra la innovación, y no deberíamos quedarnos de brazos cruzados ante estas situaciones. Además están perjudicando al libre mercado y por tanto al abaratamiento de la energía a medio plazo, que buena falta nos hace.

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