Es título suena un poco a ciencia ficción, pero os voy a aclarar a que me refiero con esto. En la economía clásica había una gran competencia por el espacio. Se competía por un espacio en las estanterías, por un espacio televisivo, una página en una revista, etc. En el terreno de internet, el espacio es prácticamente gratuito y todo el mundo puede tener su trocito sin poner ni un euro. Todos tenemos, por ejemplo, perfiles en redes sociales con montones de fotos colgadas y nadie nos pone límite.
Sin embargo, el verdadero desafío ahora es conseguir que los usuarios dediquen tiempo a nuestros contenidos. Lo que realmente tiene valor es la atención, y es donde se genera una competencia brutal para lograr que nos hagan caso.
Hasta aquí reflexiones que han sido comentadas desde hace años, pero me gustaría aportar algo de cosecha propia. Hay algo que ha cambiado radicalmente (para bien) al llegar al mundo digital, y afecta precisamente al tema de la competencia.
En los productos físicos aumentar tus ventas pasa generalmente por mermar las de tus competidores. En un mundo digital puede existir de forma más habitual la simbiosis, conseguir la atención hacia ti puede beneficiar a cualquier otro producto o contenido relacionado con el tuyo, incluso se puede forzar esa relación y aprovecharla. Fijemonos por ejemplo en los hipervínculos cruzados entre páginas web, alianzas entre twitter y facebook para generarse tráfico mutuo, y otros ejemplos mucho menos obvios.
Otro ejemplo: El hecho de que Facebook atraiga atención de tantísimos millones de usuarios está haciendo cambiar la forma de consumir en el mundo. Esto populariza el "internet para todo", hay más gente en internet y durante más tiempo al día, abonando el terreno de miles de empresas de servicios que van a tener mucho más mercado que atender.
Aunque parezca insólito, ahora que le vaya bien a tu competencia no es necesariamente malo para ti, sobre todo si aprendes a aprovecharte de ello.
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